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Por Jimm Budd

 

En España, si te aburre la historia, también te aburrirá Toledo. O, si estás en Toledo, tal vez cambies de idea. Como se tarda una escasa media hora en llegar a Toledo desde Madrid, la tentación está en hacer una excursión diurna. Yo lo hice y lo lamento. Es una pena que no pudiera pernoctar, tal vez en el elegante Parador a orillas de la ciudad, donde la mera vista bien vale el precio de un cuarto. En Toledo hay demasiadas cosas que ver para absorberlo todo en un solo día. Es cierto que yo podía haber vuelto, pero habría sido mejor pernoctar allí.

Los romanos llegaron a Toledo hace unos dos mil años, conquistando a los nativos iberos. Dejaron tras de si ese puente, un estadio y parte de un acueducto. Después llegaron los Visigodos, lanzándose no desde el norte, según llegue a creer, sino desde los Balcanes, haciendo de la capital romana la suya propia. Los Visigodos construyeron poco, pero le dieron al mundo a San Ildefonso en cuyas espaldas la propia Virgen se dice lo cubrió con una celestial casulla. Los peregrinos visitan Toledo para besar la piedra en la que se paró la Virgen.

 


 

Los Visigodos se pelearon entre si. Una facción pidió ayuda a los moros del norte de África. Los moros, encantados de ayudar, llegaron a principios del siglo VIII. Decidieron quedarse. Solo en 1492 fueron obligados a irse. Toledo se convirtió en capital de la España cristiana. Era la capital cuando Hernán Cortés conquistó México. Sin embargo el rey Felipe II (hijo del emperador Carlos V) se llevó su corte a un nuevo domicilio en Madrid, y Toledo se convirtió en parque temático.

Ah, pero vaya parque temático. Desde la estación del ferrocarril, toma un taxi al Zocodover, que suena como el Zócalo. En cierto modo lo es. El Zocodover es el corazón de Toledo, la plaza principal. Desde ahí puedes abordar un tren en miniatura, con asientos de tamaño suficiente para adultos, como introducción a la ciudad. El Alcázar domina el horizonte de Toledo con sus cuatro torres Se dice que fue iniciado por los romano en el siglo III, y es un veterano de muchas batallas, la última durante la Guerra Civil española.

Pase lo que pase, no debes perderte la Catedral, que contiene una de las más notables galerías artísticas que yo haya visto. Domina El Greco, como cabía de esperar, pero en la sacristía también encontrarás obras de Goya y de Tiziano. Delante del altar, Juana la Loca y Felipe el Hermoso fueron declarados los primeros soberanos de toda España, no sólo de Castilla, Aragón, Navarra y otros reinos más pequeños.

En su época, Toledo fue conocido por producir las mejores espadas y armaduras de Europa. Sigue siéndolo, aunque el mercado de esos productos se ha encogido algo. Ahora lo favorito para los turistas es lo damasqueño, (porque se originó en Damasco) planchas de acero negro, cajas, pendientes, todo repujado en oro. Las piezas cuidadosamente repujadas son muy caras, pero los artículos hechos a máquina tienen un precio más razonable. Los conocedores, desde luego, tiemblan ante cualquier cosa hecha a máquina. Sin embargo, me dicen que aún los peritos tienen dificultad para ver la diferencia.


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