Si no has estado allí por un tiempo, entonces, considera un recorrido en algún fin de semana al Zócalo. Si vives en la Ciudad de México, encontrarás que es fácil de llegar y tan interesante, que es posible que desees pasar la noche. También, puedes encontrar alojamiento para tus visitantes. Aquí, vas a encontrar un Holiday Inn en el Zócalo, así como un Best Western, más conocido como el Majestic. La recepción después de mi boda tuvo lugar allí, pero eso fue hace cincuenta años. El lugar es histórico.
Mi favorito ahora es el Gran Hotel de la Ciudad de México, que hace un siglo fue el Centro Mercantil. Eso explica su nombre tan largo. Las iniciales “CM” aparecen por todas partes, incluyendo el techo de cristal de Tiffany. Si te quedas en el Gran, te llevarán a tu habitación (solamente una vez) en lo que es casi el más antiguo elevador en el país. Al parecer, don Porfirio instaló el primero al otro lado de la calle en el Palacio Nacional. Pero para entonces él era un hombre viejo. El Gran Hotel me parece un poco caro, pero es más barato que ir a la playa, y menos cansado, también. También es muy especial. Otras ciudades han ido convirtiendo sus prisiones en hoteles, pero éste, hasta donde yo sé, es el primer gran almacén convertido en una posada. Los almuerzos buffet de fin de semana en la terraza son memorables, incluso para los que no se quedan allí. No tiene piscina, pero explorar el Zócalo puede mantenerte ocupado. Hay suficientes museos alrededor del Zócalo para mantenerte ocupado durante una semana. Y si esto no es suficiente, es muy probable que haya alguna exposición especial sobre la propia plaza. Si no, puedes hacer una parada en el Palacio Nacional. Las excursiones de la ciudad cuando llegan al Palacio por lo general incluyen sólo los murales de Diego Rivera. Son impresionantes, pero hay más. Benito Juárez pasó sus últimos años viviendo en el Palacio, que sin duda era mejor que desplazarse desde el Castillo de Chapultepec. Aquí puedes ver su apartamento, que incluye la cama donde murió. La restauración del recinto se llevó a cabo hace un poco más de cincuenta años, pero luego fue cerrado mientras la restauración estructural del Palacio Nacional se llevaba a cabo. El área reabrió sus puertas en 1997. La primera Cámara de Diputados se reunió en el Palacio. El Palacio, por supuesto, hasta la Independencia sirvió como residencia del virrey. Hay quienes dicen que el propio Hernán Cortés ordenó su construcción y que los escombros de la destruida Tenocitlán fueron utilizados, pero a lo largo de los siglos, los registros tienen una manera de perderse. Esa primera Cámara de Diputados, por cierto, fue destruida por un incendio en 1872, y reconstruida como un museo de un siglo después.
