El 2009 fue tan malo para la industria turística nacional, que no necesitamos esperar a que concluya diciembre para saber que 2010 arrojará resultados positivos sobre los números del año pasado. A lo largo de este año, cada vez que ha tenido una cifra nueva, ya sea mensual, trimestral, semestral o hasta semanal, la secretaria de Turismo, Gloria Guevara, rápidamente ha corrido a publicitarla para mandar el mensaje de que ya nos recuperamos de la crisis del año pasado.
Turísticamente, México es la primer potencia turística de América Latina y la segunda de Iberoamérica, ya que España nos supera y por mucho. Pero nos queda el consuelo de ser los líderes del continente americano entre los países que hablan español y no solamente en cuanto a los principales indicadores, como cantidad de visitantes extranjeros o captación de divisas, sino también en infraestructura. Esto último queda de manifiesto en un estudio sobre la hotelería en México que recientemente dio a conocer la Confederación Nacional Turística (CNT).
Últimamente, el secretario de Turismo del Distrito Federal, Alejandro Rojas, anda muy activo. Más que de costumbre. Pareciera que la celebración de la primera Fita (Feria Internacional de Turismo de las Américas), en la última semana de septiembre reciente, le recargó las pilas para tener un octubre muy productivo.
Stefanía Ballotta, una mujer feliz… ¡en septiembre!
Cualquiera que trabaje en la industria del turismo sabe que, una vez concluidas las vacaciones de verano, cuando los niños regresan a la escuela en agosto, inicia la peor temporada del año, que alcanza su pico negativo durante septiembre. Septihambre es el lugar común que suele repetirse en el medio para ilustrar lo malo que resulta el noveno mes del año. En los primeros días de este octubre platiqué con Stefanía Ballotta, directora comercial para México y el Caribe de los hoteles Barceló, y cuando pensaba que iba a escuchar un rosario de quejas por la mala temporada, me sorprendió encontrarme con todo lo contrario: la mujer estaba más que contenta, la escuché casi eufórica, por los resultados que habían alcanzado en septiembre. Sin ninguna duda, puedo decir que era una mujer feliz.
En la tarde del reciente 24 de septiembre, el secretario de Turismo de la Ciudad de México, Alejandro Rojas, era un hombre feliz. Nunca lo había visto tan contento. Tenía sus razones para estar tan de buen humor. Era el segundo día de la Feria Internacional de Turismo de las Américas, que él inventó e impulsó, y las cosas marchaban bien. “¿Cómo la ves? Se ve que hay Feria, ¿no?”, me preguntó afirmando con una gran sonrisa cuando nos encontramos en el lobby del Centro de Exposiciones Bancomer de Santa Fe, sede del evento.
