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Categoría: Alrededor del turismo

Septiembre ha llegado. Ahora podría ser el momento ideal para salir de vacaciones. Si tienes amigos que regresaron recientemente de alguna excursión, entenderás las razones. Durante junio, julio y agosto, todos los lugares del mundo donde uno podría desear ir estaban llenos de gente que tuvo el mismo deseo. Una colega acaba de regresar de Praga - uno de mis lugares favoritos del mundo - comentó que todo Asia había llegado allí antes que ella. Hasta se está  diciendo, un poco en broma,  que la invasión de Normandía hace 71 años habría fracasado si los nazis simplemente hubieran abierto las playas a los turistas.


En 2015, según la Organización Mundial del Turismo, los turistas internacionales superaron el récord establecido en 2014, el quinto año consecutivo de crecimiento para el turismo mundial. Sin duda en 2016 van a establecer un nuevo récord. Y ninguno de los sitios que visitan los viajeros está creciendo.
“El hacinamiento se está convirtiendo en un problema importante en muchos destinos", admite Randy Durband, Viajar en septiembre y octubre implica varias ventajas. Pero no espere hasta mediados de diciembre. Durante la temporada de navidad el año pasado, Disneyland en California y Walt Disney World en Orlando alcanzaron temporalmente su máxima capacidad y se vieron obligados a cerrar sus puertas hasta que la multitud disminuyó. El próximo verano hay informes de que Disney va a ofrecer entradas más baratas en esos días poco solicitados para la visita de sus  parques. Funcionarios del Vaticano hablan de un plan para controlar las multitudes el año próximo a través de un sistema de reserva obligatoria.
    Todo esto explica por qué los turistas sabios prefieren el otoño para sus excursiones. Tom Jenkins, presidente de la Asociación Europea de Operadores de Turismo señaló que las temporadas no-pico ofrecen tres puntos de venta esenciales: "Evitar las multitudes, liberarse el calor, encontrar  precios  más bajos."
"Fuimos a Francia en febrero," una pareja recordó recientemente. "Fue maravilloso. No había multitudes en ningún lugar. No había colas en los museos. Una vez nos perdimos y un transeúnte caminó  con nosotros para llevarnos a dónde íbamos. Estábamos en un restaurante en el que mi esposo mencionó lo mucho que le había gustado la sopa y el chef salió de la cocina y le explicó cómo hacerla”. Esa señora tuvo suerte. Tengo otra hija que todavía se estremece recordando el Día de Año Nuevo en Berlín. Ella lo hizo sonar desalentador, ya que  no recordaba que el primero  de enero es un día de fiesta en Alemania y en su capital nada estaba abierto.
Un buen consejo, que realmente es  aplicable a cualquier tipo de vacaciones es aprender lo más que se pueda sobre el lugar al que irás. Los resorts de  playa tratan de organizar convenciones para llenar sus habitaciones durante el otoño, y es posible que llegues a compartir tu hotel con propietarios de ferreterías o algo similar. Sin embargo, la temporada baja tiene mucho que ofrecer. Mi esposa y yo fuimos a Colorado a principios de un diciembre. Esquiamos todo lo  que pudimos y después hasta hubo  tiempo para hacer algunas compras en Denver antes de regresar a casa para la Navidad. No puedo recordar una mejor Navidad. Bueno, también hubo una de dos semanas de invierno pasadas en Madrid entre Navidad y Reyes, y esa fue especial, también.