Imprimir
Categoría: Alrededor del turismo

Cada año más y más turistas planean tomar un par de días o una semana a bordo de un crucero. Cuando comenzó este siglo, la cifra era de alrededor de siete millones de pasajeros por año. En 2014, según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, el número había aumentado a 17 millones.
El gran atractivo, dicen los veteranos, es la alegría de despertar cada mañana en algún lugar nuevo sin la necesidad de empacar y desempacar ni  de buscar hotel cada noche. Sin duda, igualmente importante, aunque mencionado con menos frecuencia, es el costo. Las vacaciones en un crucero no son baratas, pero los que aman las embarcaciones - y hay muchos –valoran el costo enormemente. Los dólares en estos días pueden estar  caros, pero su valor es mayor a bordo de un crucero. A veces mucho mayor.
Las opciones son bastantes. Puedes elegir cruceros para el Caribe, yendo a diferentes islas en diferentes viajes, o escoger Alaska cuando se busca un cambio de ruta. Después podría ser el Mediterráneo, las islas griegas o puertos a la orilla del Báltico. Atractivos, también, son China, Corea y Japón. Después está  Australia y las islas legendarias del Pacífico Sur. Y en aumento va  el encanto de viajar sobre ríos con barcos que navegan a lo largo del Danubio, el Yangtsé, el río San Lorenzo en Canadá o el Mississippi que va hasta Nueva Orleans.
Lo impresionante es como hay barcos de todos los tamaños. Royal Caribbean tiene un par de buques que pueden acomodar a más de 6.000 pasajeros a los hay que sumar una tripulación de 2,000 o más. Y están construyendo dos buques más de  ese tamaño.
Estos grandes barcos cuentan con servicios que van desde campos de golf  hasta  planetarios, toboganes de agua hasta tablas de surf. Los casinos son ya un lugar común  y muchos barcos ofrecen el tipo de entretenimiento que te podrías esperar en Las Vegas. Las tiendas son del tipo de las que vemos en  Rodeo Drive. Los grandes buques nuevos cuentan con más restaurantes gourmet de los que a la que la mayoría de los pasajeros les dará tiempo de ir. Las comidas de estos restaurantes gourmet no siempre  están incluidas en el precio del pasaje. Antes los cruceros eran todo incluido, a excepción de las bebidas, que por lo general son costosas. Los novatos a menudo se sorprenden de que aparentemente todos los miembros de la tripulación esperan una propina. Las propinas, por supuesto son voluntarias, pero ahora a menudo son prácticamente obligatorias. Las propinas a menudo se añaden a la factura de cada pasajero, aunque se pueden dar  instrucciones de que no aparezcan.
Una alternativa a los gigantescos resorts flotantes son las pequeñas e íntimas embarcaciones que tienden a ser favorecidas por los viajeros sofisticados. Estos barcos más pequeños permiten un fácil acceso a los puertos diminutos que los buques grandes simplemente no pueden llegar. A bordo, la experiencia es más íntima y social. Los itinerarios se enfocan a los destinos, con excursiones dirigidas por historiadores, naturalistas y otros profesionales expe­rimentados.