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Categoría: Alrededor del turismo

Nunca ha habido un mejor momento para pasar unos días o unas vacaciones enteras en uno de los hoteles hacienda en Morelos Probablemente no se necesita ninguna excusa, pero si lo necesitas puedes decir que vas a contribuir a la formación de uno o más hijos, sólo tienes que señalarles que no habría hoteles hacienda en Morelos de no haber sido por Emiliano Zapata y la Revolución.
Los hoteles hacienda ofrecen alojamiento de lujo, piscinas y, en algunos casos, chefs destacados, caballos de equitación y campos de golf cercanos. Zapata debe estar revolviéndose en su tumba. Hay una exposición en el Museo Nacional de Historia que te puede explicar todo.

De hecho, sólo cinco de los restos de cascos de algunas 40 haciendas feudales de Morelos destrozados durante la Revolución han sido convertidos en resorts de lujo para los burgueses del siglo XXI. Las tierras circundantes son en su mayor parte controladas por los campesinos que laboran en ellas.
El primer casco convertido - y esto comenzó in 1945 - fue San José de Vista Hermosa. Hoy en día, junto con su grandiosa piscina, Vista Hermosa ofrece a los huéspedes tenis, voleibol y frontón más boliche y billar cuando los cielos están nublados. Hay caballos para montar y masajes a su disposición después. El Lago de Tequesquitengo se creó para el resort, así que si te atrae el esquí acuático, aquí lo tienes.
Después de 1945, otras dos décadas pasaron antes que la Hacienda Cocoyoc se convirtiera en un resort. Una vez más, lo que quedaba de las antiguas estructuras proporciona el escenario. En el siglo XVI, lo que hoy es Morelos no era más que parte de los terrenos adjudicados a Hernán Cortés como Marqués del Valle de Oaxaca en gratitud por su conquista de México. Cortés y sus herederos vieron riquezas futuras en la producción de azúcar.
Más íntima es la Hacienda San Gabriel de las Palmas, que se autodefine como un centro vacacional, un spa y un museo. Sus 20 habitaciones están decoradas con antigüedades, sus paredes cubiertas de cuadros originales y sus amenidades incluyen esplendidas instalaciones, el spa, dos piscinas, caballos y bicicletas para paseos y senderos entre la caña de azúcar para caminar.
A la  no muy grande Hacienda de Cortés (23 habitaciones) donde Juan Corral ahora es director general, es más fácil llegar, como esta en el propio Cuernavaca, aunque para mí no hay lugar fácil de encontrar en Cuernavaca. Su nombre original fue San Antonio Atlacomulco, pero como permaneció en la familia Cortés hasta 1642 cuando la sexta Marquesa del Valle de Oaxaca se convirtió en la duquesa de Monte Leona y se trasladó a Italia. Después que las hordas de Zapata saquearon el lugar, los  descendientes de Cortés  recuperaron el casco, sólo para venderlo. Los nuevos dueños en 1973 comenzaran su transformación en la posada encantadora que es hoy.