Por: Gustavo Armenta
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Fita, el bautizo político de Gloria Guevara
En la tarde del reciente 24 de septiembre, el secretario de Turismo de la Ciudad de México, Alejandro Rojas, era un hombre feliz. Nunca lo había visto tan contento. Tenía sus razones para estar tan de buen humor.
Era el segundo día de la Feria Internacional de Turismo de las Américas, que él inventó e impulsó, y las cosas marchaban bien. “¿Cómo la ves? Se ve que hay Feria, ¿no?”, me preguntó afirmando con una gran sonrisa cuando nos encontramos en el lobby del Centro de Exposiciones Bancomer de Santa Fe, sede del evento.
Y sí, la primera edición de este encuentro había arrancado con la presencia de 55 países de cuatro continentes, más de treinta destinos de México, una buena cantidad de empresas y mil 500 compradores, abarcando una superficie de 32 mil metros cuadrados, algo inusual para un estreno.
Pero eso no era todo. También le había ganado en el terreno político a la secretaria federal de Turismo, Gloria Guevara –lo cual no tiene mucho mérito, ya que es inexperta en estas lides— y había forzado un viraje en la actitud hostil que ha mantenido el gobierno federal contra el gobierno de Marcelo Ebrard.
Lo usual es que la máxima autoridad turística de un país inaugure este tipo de ferias, pero siguiendo las instrucciones de su jefe, Guevara se inventó un viaje de trabajo a Japón para no estar en la Fita. Y aunque el Jefe de Gobierno de la ciudad encabezó el acto de apertura, los participantes extranjeros no dejaban de preguntar: “¿En dónde está la ministro de Turismo?”, extrañados por tal ausencia.
No obstante, para sorpresa de muchos, al día siguiente sí llegó la secretaria, luego de volar más de veinte horas para estar presente en la clausura. ¿Por qué el cambio de planes?
La historia de esta marcha atrás involucra un movimiento de hilos al más alto nivel. Todo se debió a una llamada telefónica que un importante empresario hizo a alguien en Los Pinos, quien a su vez habló con quien tenía que hablar en la casa presidencial para que le dieran a Guevara la orden de regresar y estar presente en el cierre de Fita. Esto, aunado a una fuerte nota editorial que publicó el diario Reforma criticando a la funcionaria por no haber asistido a la inauguración.
Así que la señora Guevara tuvo que apurar el trago amargo y, con una sonrisa, recorrer el área de exposiciones de Fita junto con Alejandro Rojas, para luego encabezar la clausura.
Al tomar la palabra, Rojas fue diplomático y expresó que Fita es una muestra de la colaboración que se puede dar entre el gobierno del Distrito Federal con el federal y los estatales.
“Secretaria Gloria Guevara, nos da mucho gusto que esté con nosotros. Recordará que cuando usted llegó a la Secretaría de Turismo le dijimos que la Ciudad de México iba a ser la punta de lanza del país y esta primera edición de Fita es muestra de ello, además de que también es un ejemplo palpable de que México tiene todo para ser una potencia turística y que necesitaba de una feria internacional como Fita”, le dijo y aprovechó el viaje para comprometerla a futuro.
Añadió: “Ahora, una vez celebrada su primera edición, Fita debe ser por siempre y para ello le solicitamos su apoyo. A nombre del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, le pedimos que iniciemos una mesa de trabajo para desde ahora comenzar a preparar Fita 2011. Todos los que hemos apostado porque México sea un potencia turística estamos aquí. Fita nació muy fuerte, muy grande y muy poderosa, pero no se trata sólo de cómo es esta Feria, sino de que Fita es el reflejo de México y así es nuestro país: fuerte, grande y poderoso”.
Y le pidió a Guevara que instruyera a las instancias correspondientes para que se reúnan en esa mesa de trabajo.
“Requerimos que este esfuerzo se mantenga y consolide más allá de una persona, de un gobierno o de un partido político. Fita es el orgullo de mostrar al mundo lo que somos. Hagamos esta mesa para que, pase lo que pase, Fita sea para siempre”, agregó Rojas.
En respuesta, Guevara felicitó a Rojas por la organización del encuentro y le reiteró su compromiso de ampliar los espacios de diálogo y el apoyo a este tipo de ferias. Al escucharla, muchos de los presentes pensaron: bienvenida a la política, señora secretaria.
