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Categoría: Aviación

• Diversas instituciones diseñan nano y micro satélites
• UNAM, IPN Y AEM construirán uno que ahorre 4 mmdd
Por  Víctor Manuel Bermúdez       
Países en vías de desarrollo  están llegando tarde a incursionar en la era espacial ya que no cuentan con el presupuesto económico y la capacitación tecnológica para insertarse en la conquista del espacio sideral.
Mientras que Estados Unidos y Rusia lideran en esta materia desde finales de la década de los 50, otros países que se han incorporado son Francia, Alemania, Japón, India, Irán, Brasil, Corea del Norte y China que  ha entrado de manera vertiginosa.


Sin embargo hay otra opción para países con pocos recursos económicos, Colombia, Malasia, Pakistan y Turquía son pioneras, desde 1999 han ingresado en el campo de los CubeSat o Nanosatélites, que nos son otra cosa que pequeños cubos de 10 centímetros de arista con un peso de poco más de un kilogramo.
Esa idea que abrió las puertas del espacio a universidades y países que sin posibilidades de incursionar al exclusivo medio de los programas de las agencias espaciales cuyos costos son de 100 mil dólares por kilogramo y un tiempo de espera de tres años, sin poder escoger una órbita debido a que está supeditada a la del satélite principal.
Nuestro país se integra por medio de instituciones como la Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ) que recientemente lanzó un Nanosatélite estratosférico en un proyecto denominado “Misión ThumbSat” que contó con el apoyo de un clúster especial mexicano MxSpace y la empresa Remtronic Comunicaciones.
El proyecto fue desarrollado completamente por estudiante y profesores de la UNAQ y cuyo objetivo formal fue monitorear el funcionamiento del Nanosatelite, mismo que fue plenamente exitoso.
El director de la Agencia Espacial Mexicana (AEM) Javier Mendieta Jiménez, expresó que mediante ese lanzamiento suborbital, cuyo dispositivo fue elevado a través de un globo meteorológico con la finalidad de comprobar su funcionamiento y simular condiciones de comportamiento, indicando que se recibieron correctamente todos los parámetros enviados por el Nanosatelite estratosférico desde la atmosfera a una estación terrena.
Añadió que se elevó en la estratósfera a una altura de 40 kilómetros,  cuatro veces mayor a la de un avión comercial, recorrió casi 150 kilómetros recolectando información que envió, de temperatura, presión y humedad; con imágenes atmosféricas de Querétaro y Guanajuato.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la AEM, construirán un CubeSat con el propósito de que nuestro país ahorre cuatro mil millones de dólares anuales en la compra de imágenes y servicios satelitales.
Éste microsatélite captaría imágenes del territorio nacional, útiles en cuestiones agrícolas, de exploración de selvas y bosques, además del estudio del crecimientos de ciudades, entre otras aplicaciones económicas, sociales y ambientales.
El Nanosatélite de las instituciones universitarias y politécnicas tendría la asesoría del Centro Ames de la NASA que participaría con laboratorios de pruebas y el lanzamiento al espacio.
El investigador del Instituto de Geofísica y coordinador del Programa Espacial Universitario, José Francisco Valdés Galicia precisó que el enorme gasto en tecnologías hechas fuera de nuestro país, no retribuye, no tenemos transferencia tecnológica y capacitación de personas.
Agregó que los microsatelites de cubo que se están diseñando en la UNAM y el IPN necesitan financiamiento para acabar de construirlos, probarlos y lanzarlos, probablemente para el año entrante.
Por otra parte la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, donde participa el astronauta mexicano José Hernández, podría lanzar al espacio para mayo del año próximo el nanosatélite AztechSat-1.
Ese microsatélite  utilizaría un lanzador de la NASA para alcanzar la altura de 400 kilómetros y desde ese punto intentar entablar comunicación con la constelación satelital mexicana Globalstar, red constituida por 48 satélites distribuidos en seis planos orbitales a 1,400 kilómetros de nuestro planeta.
Ante el aumento de planes de lanzar cientos de CubeSats, empresas en el mundo han desarrollado pequeños cohetes con el propósito de cubrir esa demanda, en nuestro país inversionistas mexicanos han establecido empresas en San Luis Potosí y Tijuana.