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Las piedras antiguas en Xochicalco, cerca de Cuernavaca, sostienen secretos terrosos. En Xochicalco un hombre proclamó que él era un dios. Los fieles crean en su divinidad hasta que sus poderes fallaran. Entonces se elevaron encima de, mató a su regla (jefe) divina más sus sacerdotes, y destruyó todo el esplendor que los rodeó.
Xochicalco prosperó durante aproximadamente dos siglos después de la caída de Teotihuacán, que al parecer había sido invadido por bárbaros del norte. Los sobrevivientes establecieron en Xochicalco una ciudad-estado gobernado por sacerdotes, mantenidos en el poder porque solo ellos podrían determinar por el movimiento del sol cuando las lluvias vendrían, cuando era el tiempo de sembrar y cuando cosechar.
Tan avanzado era su conocimiento que los grandes y sabios de tierras distantes como Cholula, Cacaxtla, Mitla y aún Uxmal y Palenque, llegaran para estudiar el calendario de Xochicalco y adoptar sus técnicas a suyos. Según mi guía, durante un eclipse en 743, un sacerdote de Quetzalcóatl declarado él era Quetzalcóatl. Para demostrarlo, hizo que el día fue convertido en la noche.
Por el siglo-y medio que siguió, regidos por un dios viviente, que ha sido un pequeño aldea se convirtió en cuál puede haber estado la ciudad más magnífica en toda el mundo (que más hubo hace 1,200 años?). Como los sacerdotes explicaron la mortalidad inevitable de su deidad uno sólo puede imaginar. Lo que los eruditos han notado es que los símbolos que había representado Quetzalcóatl  como una serpiente emplumado en Teotihuacán gradualmente tomó más forma humana en Xochicalco.
Los arqueólogos siguen discutiendo que condujo a la disminución y la caída de Xochicalco. Era, desde luego, una ciudad rica. La riqueza atrae la pobreza. Los pobres emigran, esperando compartir un poco de la riqueza. Este crecimiento de la población podría haber causado problemas. Además, puede haber habido una sequía prolongado. El dios viviente proclamaría cuando el tiempo había venido para la sembró, pero las lluvias no seguirían, ni cualquier cosecha significativa. Muy probablemente los jefes sin embargo siguieron exigiendo impuestos y tributo. Que consiguieron fue la rebelión.
Las aldeas gradualmente fueron abandonadas. Los campesinos todavía necesitaban líderes astutos e inteligentes para decirles cuando sembrar, cuando las lluvias, aun escasas, vendría. Xochicalco languideció.
En 1909, el Presidente Porfirio Diáz que ordenó que fondos sean hechos disponibles para las primeras excavaciones en Xochicalco. El objetivo, como México se acercó a su primer centenario de independencia, era para destacar el prehispánico por delante. Nadie sabía que había pasado en Xochicalco, o, si supieran, no prestaron atención. No mucho después de las excavaciones comenzó, Zapata y sus multitudes comenzaron a quebrantar Morelos, mucho como las muchedumbres en Xochicalco un milenio antes. No es políticamente correcto decir eso, pero los que no aprenden que las lecciones de historia son condenadas para repetirlos.


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