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L os distinguidos miem­bros de Club Skǻl se preparan para recibirlo. Son sus amigos, compañeros de toda la vida quienes lo esperan en las instalaciones del Centro de Estudios Superiores de San Angel para rendirle un homenaje. La celebración es para Jean Berthelot, un hombre que ha dedicado 63 años de su vida al servicio del turismo, que se ha ganado el respeto y admiración de  la gente que lo ha conocido, no sólo por su calidad profesional al frente de importantes empresas turísticas, sino por su calidad humana, su sencillez y por su gran sentido del humor.

Jean Berthelot posee una gran personalidad. Su presencia es impecable, viste un traje azul marino, corbata roja y muestra con orgullo las medallas de Club Skǻl, la organización mundial de directivos y propietarios de empresas turísticas que tienen como uno de sus principios fundamentales el compañerismo y la amistad.
Pero, para entender de quien estamos hablando es importante conocer aspectos de su vida profesional y de su trayectoria marcada por diversas experiencias en rubros del quehacer del turismo como  la hotelería,  la aviación y la gastronomía.
Originario de Francia y egresado de la escuela de administración de hoteles de Paris, Jean Berthelot ocupó diversos cargos en varios hoteles de la Riviera Francesa. En 1953 ingresó a la cadena de hoteles Hilton ocupando diferentes puestos ejecutivos para, posteriormente, ingresar a la división Internacional de Hilton donde dirigió, con éxito, el Continental Hilton de la ciudad de México, el Panamá Hilton y el Acapulco Hilton.
El 1966  se asoció a la cadena Western International Hotels, hoy conocida como Westin Hotels & Resorts como gerente general del hotel Alameda de la ciudad de México y más adelante, fue promovido a director general del hotel Camino Real México.

Muchas fueron las experiencias que tuvo al mando del Camino Real México, entre ellas,  recibir a 65 jefes de estado incluyendo a la reina Elizabeth ll de Gran Bretaña, al rey Juan Carlos de España, a la reina Noor de Jordania, al Sha de Irán así como a presidentes y primeros ministros de Africa, de las Américas y de Europa.
Durante su período como director general de Hoteles Camino Real, cuatro propiedades se convirtieron en miembros de la organización The Leading Hotels of The World: Camino Real México, Las Brisas Acapulco, Las Hadas Manzanillo y el hotel Camino Real Cancún.
Jean Berthelot se retiró en 1990 y fue nombrado director general emérito culminando con ello su brillante carrera de 45 años en la hotelería.
Posteriormente, ingresó a las filas de Aeroméxico como director general adjunto, para después ocupar el puesto asesor de la presidencia de 1991 al 2003.
Dentro de sus actividades en la industria del turismo fue presidente de Club Skǻl de la ciudad de México y a nivel nacional.
Asimismo fue presidente fundador del capítulo México de La Confrérie de la Chaîne des Rôtisseurs, la asociación de gastronomía más importante del mundo; consejero de Carlson Wagons Lits Mexicana; vicepresidente del comité de turismo de la Fundación Miguel Alemán y expresidente de Eurocam, Asociación de las Cámaras de Comercio e Industrias de la Unión Europea, entre otros importantes cargos.
Por su alto grado de compromiso con la actividad turística y a lo largo de su trayectoria, Jean Berthelot recibió importantes distinciones y reconocimientos. Fue nombrado Caballero de la Orden Nacional al Mérito y caballero de la Legión de Honor por el presidente de la República de Francia; recibió la distinción de Personalidad del Año en el sector de la Aviación Comercial Mundial en Paris; fue reconocido por el expresidente Ernesto Zedillo por su gran contribución al desarrollo de la industria turística de México, además de recibir el trofeo Marius Dutrey de la Academia Culinaria de Francia, la asociación más importante de Chefs de ese país por su apoyo a la gastronomía francesa y mexicana.

El Valor de la Amistad
Durante su trayectoria Jean Berthelot ha tenido grandes logros y éxitos, sin embargo esto no lo ha hecho un hombre prepotente e inalcanzable, por el contrario, su sonrisa franca y su forma de ser muestran a un hombre de cualidades muy humanas. Uno de los aspectos que atesora en su vida es el valor de la amistad y se siente agradecido con la vida por tener amigos que le brindaron  apoyo incondicional desde que pisó tierras mexicanas.
“Esta vida vale muy poco sin la amistad. Cuando llegué a México no conocía a nadie, tenía 31 años de edad y 15 de experiencia, era un pequeño profesional pero los miembros de Skǻl me abrieron las puertas con una extraordinaria bienvenida”, expresa emocionado Berthelot
Luego de vivir un año en Panamá, al frente del Hilton y a su regreso a México en 1966 como director del hotel Alameda, Club Skǻl abrió sus puertas para recibirlo de inmediato. Recuerda a grandes turisteros que lo ayudaron y apoyaron como Tony Pérez, Edmundo Garza, Carlos Ibarguen, Roberto Zapata y Pedro Gorozpe, por mencionar algunos.
“Eran amigos, agentes de viajes y personajes que hoy son leyendas del turismo. Gracias a ellos y después de los años, he sabido valorar la importancia de la amistad. Para tener éxito no hay otra cosa que tener la pasión y cuando no la tenemos sólo hacemos un trabajo provisional. Por ello, nuestra filosofía en Club Skǻl es ser apasionados por nuestra profesión y apoyarnos el uno al otro con la amistad”, expresa.
T ¿Cuál ha sido la fórmula para lograr una trayectoria tan exitosa?
J.B: Siempre me gustó trabajar en equipo y darle el valor a cada quien en su especialidad. Si hay que ser director, hay que serlo de una buena orquesta, ya que si no tengo buenos músicos, no puedo hacer nada. Nuestra aportación también tiene que estar orientada a trasmitir a los jóvenes lo que sabemos.  
T: ¿Cómo ha vivido los cambios del turismo y el crecimiento de esta industria en la actualidad?


J.B: Estamos en una época de desarrollo del turismo increíble, cuando llegué a México solo habían 12 hoteles de clase mundial en toda la República y muchos en la provincia. Hoy en día,  no sé cuántos hay, se han multiplicado. La población de Cancún era de 8 personas: un pescador, su esposa y seis hijos. Ahora, es una ciudad que tiene más de cien hoteles de lujo y una población de más de un millón de habitantes, el crecimiento ha sido espectacular y de igual forma ha sido en Los Cabos, Huatulco, Las Hadas donde se han multiplicado las inversiones. El problema, en la actualidad, es que las grandes cadenas están muy diversificadas, ofrecen hasta 7 marcas diferentes y esto hace complicado que los jóvenes puedan hacer carrera en una sola compañía. En aquellos tiempos, empezábamos como aprendices, pero después de tres o cuatro años podíamos escoger una compañía que destacaba por su clase, por su seriedad. Yo entre a Hilton en 1953 como un pobre inmigrante e hice una carrera en 5 años manejando un hotel de la cadena. La gente reconocía nuestro trabajo, nos promovían, pero ahora la gente tiene mucho problema para hacer carrera en una compañía grande. Creo que el culpable es la Internet, que es un milagro de la tecnología, hay que reconocerlo, pero no sabemos cómo manejar este exceso de comunicación, además no hay el contacto humano que teníamos en nuestro tiempo, nuestros vendedores tenían una actividad colosal y, hoy en día, todo lo hacen en la pantalla.
T: ¿Cuál será la tendencia para el futuro?
J.B: Hay que recuperar el contacto humano personal, esto es definitivo. Yo, oficialmente, no tengo Internet porque me encanta escuchar la voz de la gente que  quiero, si me encuentran en Facebook y Twitter es por puro accidente. Nosotros convivimos con los agentes de viajes, había un verdadero contacto personal. Sé que es un nuevo mundo, pero a veces se convierte en demasiado inhumano. A veces pienso si no será mejor tener robots, quizá ellos tendrían mejor contacto personal.
T: ¿Los agentes de viajes  se quedaron atrás con la Internet?
J:B: El mundo se ha paralizado con la pantalla, la gente no ve a su cliente, yo viví tiempos de la aviación en los que nos movíamos por todos lados, todo el proceso era manual y en dos minutos el cliente recibía su pase de abordar. Hoy en día, el cliente está presente, pero lo desconocen si no está en la pantalla. Antes, en un hotel de lujo sabíamos quien entraba al hotel, el chico de recepción salía del mostrador para saludar al cliente y lo acompañaba a su habitación, ahora sólo le dan su pase y bye, bye.  Es fabuloso lo que se puede hacer técnicamente, pero humanamente se ha perdido mucho.
Jean Berthelot es un hombre que en la actualidad, le gusta leer mucho, caminar y sobre todo pasar tiempo con sus hijos y nietos a quienes les trasmite sus anécdotas y experiencias, así como los valores morales en los que ha creído y ha aplicado durante toda su vida.
Para mantenerse sano y vital dice tener la fórmula perfecta: dos copas de vino tinto a mediodía y la mejor actitud ante la vida.  
Por Paty Bermej


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